Los implantes capilares han evolucionado mucho en los últimos años. Los implantes que se realizaban hace diez años no tienen nada que ver con los que se llevan a cabo ahora y es que en una década los cambios son asombrosos.
Cuando a principios de siglo un hombre se sometía a una técnica de implante capilar, normalmente se realizaba un corte en el que se cogían varios folículos pilosos a un tiempo. Se cortaba una pequeña tira de piel que era colocada en el lugar en el que se quería injertar. Pero esta técnica tenía tres problemas muy serios:
El pelo de cepillo. El pelo que salía no era idéntico al natural, sino que parecía de un muñeco o pelo de cepillo. Áspero y sin vida, ese tipo de pelo hacía que los hombres se resignaran a un pelo corto, bastante corto, para que al menos no se notara tanto.
El pelo podía morir. Podía ocurrir que el pelo no acabara de implantarse bien y al cabo de cierto tiempo, morir. Aquí la única solución que se daba es que cada cierto tiempo había que implantarse más pelo para ir sustituyendo al implantado que se caía.
Las cicatrices. Aunque se cubrían bien con el pelo, lo cierto es que había cicatrices y estas eran visibles si se buscaban.
Pero desde hace dos o tres años, la técnica FUE está revolucionando el mundo de los implantes capilares. Esta técnica presenta tres ventajas muy claras respecto a la anterior:
Pelo natural. El pelo implantado es exactamente igual que el natural de la persona, no se aprecia ninguna diferencia entre la zona en la que se han colocado injertos y la zona en la que no.
Permanente. El pelo implantado es para siempre, no se cae, ya que es pelo que se ha cogido de la nuca y que está programado para vivir para siempre. Puede, no obstante, caerse el pelo que no ha sido injertado, en cuyo caso habría que realizar un nuevo injerto en esa zona.
Sin marcas. El injerto se realiza por unidad, como máximo son dos o tres pelos de una vez por lo que se pueden implantar con un pinchazo, garantizando así que no va a quedar absolutamente ninguna marca en la cabeza del hombre.
Gracias a la técnica FUE muchas mujeres se están animando a realizarse implantes de cabello porque, ahora sí, se sienten seguras y convencidas de hacerlo.